Aprender cada día, conocer personas y lugares nuevos, tener autonomía, independencia… son algunas de las ventajas que las conductoras de Palibex destacan de su trabajo. Mientras unas hablan de sus dificultades para conciliar, otras resaltan lo contrario: una flexibilidad horaria que les permite estar más tiempo con los suyos. En lo que todas coinciden es en las dificultades que encuentran por el hecho de ser mujer en un mundo mayoritariamente masculino. Por todo ello, a este #8M solo le piden igualdad de oportunidades y que su profesión sea mejor valorada.
Arantxa López, conductora Ruta Barcelona
“Me gusta mucho conducir”
Le gusta conducir desde que se sacó el carné con 18 y, entre camiones y autobuses, ya lleva cerca de quince años al volante. Es una profesión que le atrae especialmente por la posibilidad de conocer a mucha gente y tener libertad de movimiento: “Mi trabajo tiene muchas cosas buenas como hablar con un montón de compañeros o ver los amaneceres y atardeceres, ¡es muy chulo!”, dice. Aunque también admite desventajas en la carretera como el riesgo o los bajos salarios que ha recibido en algunas empresas: “jugársela por el sueldo que pagan a muchos conductores no compensa. Hay sitios en los que no se nos tiene en cuenta”, protesta.
En la Red Palibex está muy contenta de trabajar: “Las instalaciones son cómodas y los chicos de cargas me parecen super agradables y simpáticos”. Además, agradece que haya un baño con llave solo para chicas.
Eso sí, la conciliación personal o familiar le parece imposible no solo para los conductores sino para cualquiera que esté ocupado en el turno de noche: “Mientras tú trabajas, el resto del mundo está parado y tu pareja o hijos duermen. Y cuando llegas a casa reventada, tienes que descansar. Y no es lo mismo hacerlo de día que de noche. Otras cuestiones como ir al médico, comprar o hacer una gestión en el banco tampoco resultan fáciles porque no hay chóferes para cubrir el servicio. “En definitiva, es un cúmulo de zancadillas e impedimentos. Conciliación cero”, afirma.
Respecto a la igualdad de oportunidades en el sector se muestra tajante: “Alguno piensa que somos menos capaces de hacer este trabajo por la diferencia física entre hombres y mujeres, pero hoy en día solo hace falta la fuerza para abrir y cerrar las puertas”, insiste. En general, Arantxa ha encontrado solidaridad entre sus compañeros, pero también admite haber tenido que escuchar frases como “no vas a ser capaz de echar gasolina” o el mítico “mujer tenías que ser” en alguna situación en la que se ha visto apurada.
Su petición en este 8 de marzo es que exista igualdad y que la profesión se valore tanto como se merece: “Servicios esenciales como nosotros, los bomberos, la policía o los hospitales… trabajamos para que el mundo funcione y que al día siguiente el resto de las personas tengan lo que necesitan”, dice. Y se despide con voz cansada bromeando con sus dificultades para conciliar: “Como ahora todo el mundo empieza a funcionar, yo me voy a dormir. Mañana más”.
Rocío Rivera, conductora de Albacete
“Ayudamos a muchas personas”
Solo lleva cuatro meses trabajando como chófer, pero es un mundo que conoce bien desde que era pequeña. “La mayoría de mi familia, mi padre, mi hermano, mis tíos… se han dedicado al sector del transporte y me lo han inculcado desde niña”, reconoce.
Le gusta conducir y, en ese sentido, se considera una afortunada: “poder decir hoy en día que te dedicas a algo que te gusta es mucho decir”, señala.
Su profesión le parece muy importante por el hecho de poder ayudar a muchas personas. Pero, al igual que sus compañeras del camión, considera que no está bien valorada por la sociedad.
A pesar de las quejas constantes del sector sobre la falta de conductores, a Rocío le ha costado mucho encontrar trabajo: “He echado un montón de currículum y en muchas ocasiones ni siquiera me han dado la oportunidad de hacerme una entrevista”, dice. En ese sentido, ha llegado a plantearse si estas dificultades se debían a su falta de experiencia en el mundo del transporte o simplemente al hecho de ser mujer.
Su acogida en la Red Palibex ha sido muy positiva, por lo que se siente agradecida: “En otros sitios te tienes que apañar sola, pero aquí siempre nos han ayudado y no he tenido ningún problema”, dice.
En su caso y, a diferencia de otras conductoras, no tiene problemas de conciliación: “Como siempre hago los mismos viajes y es de noche, me resulta fácil estar con mi familia”, concluye.
Gregoria Noelia Cáceres, conductora de Albacete
“El mundo del camión tiene muchas cosas buenas”
“Conocer lugares, colegas y gente nueva” es lo que más le atrae del mundo del transporte a Gregoria Noelia, una conductora de la Red en Albacete que admite aprender cada día de su trabajo.
Además de conducir, le gusta charlar con sus compañeros en los tiempos de espera, aunque a veces las horas se le hagan un poco largas.
De momento, dice no haber encontrado ninguna dificultad por el hecho de ser mujer y tampoco problemas para conciliar: “Al trabajar de noche nos da tiempo para hacer muchas cosas durante el día y cuidar de nuestros hogares”, dice.
La Red Palibex, a través de su franquiciado Campillo Palmera, es la primera empresa de transporte para la que presta servicio y define a sus trabajadores como “amables, atentos y buenas personas”.
En el escaso tiempo que lleva ya acumula cientos de anécdotas “comenzando por el primer día, en el que me equivoqué de camino y me perdí, a pesar de encontrarme muy cerca”, cuenta.
Sandra Alonso, conductora Ruta Barcelona
“No es un trabajo de ocho horas”
Sandra llegó al mundo del transporte por casualidad. Trabajaba entre caballos y tuvo que sacarse algunos permisos de conducción para poder llevarlos de concurso. Cuando empezó, hace ya 19 años, apenas había mujeres en el sector y muchas menos que se dedicaran, como ella en aquel entonces, al transporte de mercancías peligrosas. “Encontré dificultades por el hecho de ser mujer porque estábamos muy pocas y el círculo era muy cerrado”, dice.
De aquellos tiempos conserva unas cuantas anécdotas relacionadas con su condición femenina. “Cuando empecé con las cisternas de ADR, en las zonas de carga se hacían porras a ver cuándo la liaba y tenía un sobrellenado o una contaminación, pero eso no ocurrió nunca”, dice.
En una ocasión, descargando betún en una planta, un operario quedó sumamente sorprendido al ver que estaba ella sola. Poco antes le había dicho: “Niña, avisa a tu padre de que el camión está acabando de descargar”.
Otra vez, presentando su candidatura en una empresa, llegaron a preguntarle si el trabajo era para ella o para su marido. Incluso, en la primera empresa para la que trabajó, quisieron que viajara en furgoneta para llevar gasolina al equipo Honda de motociclismo porque se trataba de poca carga. “Yo muy digna les dije: he venido aquí para conducir un tráiler y no una furgoneta, así que no pienso hacer el viaje. Y nunca más me bajaron del camión”, relata.
Lo que más valora de su trabajo es la independencia y, como la mayoría de sus compañeras, adora conducir, aunque lleva peor las esperas y las dificultades para conciliar: “No es un trabajo de ocho horas, por lo que no todo el mundo aguanta”, afirma.
“Las rutas son fijas y cómodas y las personas que trabajan en la Central son súper”, destaca cuando se le pregunta por su trabajo en la Red Palibex.
Iulia-Andrada Bradea, conductora Ruta Albacete
“Es un mundo en el que dominan los hombres”
Acabó como conductora de tráiler siguiendo los pasos de su marido, que también tiene el carné, y lleva ya tres años. Una trayectoria breve, pero agradable porque le gusta la profesión y el buen ambiente de trabajo. También valora el apoyo que Palibex brinda a las mujeres y el trato familiar que existe en la Red, algo que a su entender no ocurre en todas partes.
Para ella, las mujeres se encuentran a menudo con dificultades añadidas en el mundo del transporte. “En general, es un mundo en el que dominan los hombres. Algunos se piensan que por ser mujer no vas a hacer las cosas como ellos”, explica.
Mientras muchas de sus compañeras consideran que conciliar en el mundo del transporte es complicado, e incluso imposible, Iulia opina que la flexibilidad horaria de esta profesión le permite pasar más tiempo en casa. “No me resulta más difícil conciliar sino todo lo contrario, lo hago mejor que en otros trabajos porque tengo todo el fin de semana para estar con mi familia”, afirma.
María Ungur, conductora de reparto La Rioja
“El transporte puede ser una salida”
El transporte se convierte en ocasiones en una salida para personas que nunca se habían planteado trabajar en la carretera. Es el caso de María, conductora de un camión de reparto de la Red en La Rioja. Hace cuatro años su empresa cerró y decidió probar suerte en el sector. “Si te gusta el camión y conducir no lo ves como un trabajo”, dice.
Lo mejor de su profesión, a su entender, es tener autonomía. Y lo peor, como para muchas de sus compañeras, los tiempos de espera para la carga y descarga de la mercancía.
A diferencia de otras empresas para las que ha trabajado, en Palibex tiene rutas cómodas y un buen horario que le permite conciliar su vida profesional con la familiar.
Lo que le resulta más chocante son las diferencias que se sigue encontrando por el hecho de ser mujer, algunas que considera inexplicables: “En una empresa en la que tenía que cargar mercancía dejé mi número de teléfono para que me llamaran al muelle. Cuando escucharon una voz de mujer me pidieron disculpas por haberse confundido y me colgaron”, cuenta.